Transportistas europeos y fabricantes de automóviles han unido sus fuerzas para ejercer presión sobre la Unión Europea, instándola a abrazar el uso de ecocombustibles en el transporte por carretera. A través de una carta conjunta, la Asociación Internacional del Transporte por Carretera (IRU) y la Asociación Europea de Fabricantes de Componentes de Automoción (CLEPA) han dirigido una petición a los legisladores comunitarios, solicitando, entre otras cosas, la autorización para que los camiones utilicen “combustibles neutros en carbono como solución a largo plazo para un transporte pesado sostenible, junto con la electrificación y el hidrógeno”.
En esencia, están exhortando a la UE a considerar los ecocombustibles como una opción viable para lograr la descarbonización del transporte, una solicitud que ya se encuentra bajo revisión por parte de la Comisión Europea y ha sido dirigida al Parlamento y al Consejo Europeo.
Según las asociaciones, esta medida podría reducir las emisiones de los vehículos industriales en un asombroso 90% para el año 2040 en comparación con las emisiones de 2019. Según IRU y CLEPA, este cambio afectará la composición de los vehículos disponibles para las empresas de transporte en tres etapas clave: 2030, 2035 y 2040, con un aumento progresivo en la proporción de vehículos de cero emisiones en cada fase.
Sin embargo, los ecocombustibles no son el único tema abordado en la carta; son solo uno de los cinco puntos propuestos por las asociaciones para abordar el inmenso desafío de la descarbonización del transporte de mercancías y pasajeros por carretera. El segundo punto se refiere a la infraestructura de carga necesaria para una flota en su mayoría electrificada. En este sentido, se solicita la implementación de condiciones favorables que consideren la seguridad del suministro de energía neutra en carbono, la infraestructura de carga y repostaje de combustible, así como la disponibilidad de tecnologías vehiculares maduras y asequibles para cumplir con ambiciosos objetivos de reducción de CO₂.
Además, la carta hace un llamado a la exención de los vehículos de alta capacidad de los objetivos de descarbonización, especialmente aquellos camiones que superan las cuarenta toneladas y miden más de 18,75 metros. También proponen la inclusión de nuevos grupos de vehículos en los objetivos de reducción de emisiones de CO₂ para vehículos pesados.
Raluca Marian, Directora de IRU para la UE, enfatizó que “un cambio abrupto y masivo desde una autonomía de 1.500 km en vehículos de 40 toneladas a una autonomía de 300 km en vehículos eléctricos plantearía riesgos significativos, especialmente dada la falta de infraestructura de carga y disponibilidad de red”, lo que podría poner en peligro las cadenas de suministro en toda Europa. Es importante recordar que en las carreteras de la UE actualmente circulan alrededor de siete millones de camiones, todos equipados con motores de combustión interna.